Primera referencia sobre lo Caribe, la tuve a temprana edad, en la escuela del barrio, de la “seño Eusebia”, cuando aprendí que las aguas del Océano Atlántico que bañan nuestra costa constituyen el Mar Caribe.
De niño, porque a mi papá le encantaba, recuerdo con nostalgia la canción “Caribe soy” interpretada por el argentino Leo Marini.
“Caribe soy de la tierra del amor, de la tierra donde nace el sol, donde las verdes palmeras se mecen airosas al soplo del mar”.
En mi adolescencia y primera juventud la Sonora Cordobesa, una orquesta de Montería, puso de moda el ritmo de la “Macumba” creación de Francisco Zumaque (Padre) director de la Banda Departamental de Córdoba y de la orquesta popular “Los Macumberos del Sinú”.
La macumba, mezcla de mapalé y cumbia, animaba fiestas y verbenas de la época rivalizando con las movidas guarachas de Aníbal Velásquez, cadenciosos fandangos de Rufo Garrido y sabrosura contagiosa de los porros de Pedro Laza y sus Pelayeros. El mapalé clasifica dentro del reportorio musical de la música caribeña con el porro, la gaita, cumbia y merecumbé.
Me di el gusto de asistir, religiosamente, a los Festivales de Música del Caribe que, durante 15 años, de 1982 a 1996, se realizaban en el mes de marzo en la plaza de toros de la fantástica Cartagena de Indias por iniciativa de Antonio Escobar y Francisco de Onís, el apoyo del doctor Juan Zapata Olivella, embajador en Haití, y el pintor Alejandro Obregón.
El festival era una fiesta folclórica, mulata, que recogía la alegría costeña, el ritmo africano y el sabor tropical de las mejores y nuevas agrupaciones musicales de la cuenca del Caribe: Belice, Costa Rica, Haití, Jamaica, México, Mustique, Panamá, Puerto Rico, Zaire (África), República Dominicana, Saint Thomas, Estados Unidos y Colombia en cordial y fraterno enfrentamiento de boleros, cadencia, calipso, cumbia, danzón, guaguancó, merengue, porro, reggae, son y vallenato. Hago memoria para mencionar a los conjuntos musicales que provocaban el delirio de los asistentes a las cuatro noches continuas de concierto: Francisco Zumaqué, Orquesta de Colpuertos, Hijos del Sol, Gabriel Rumba Romero, Jorge Oñate, Hansel y su grupo, Palma Africana, los Inéditos, Grupo Niche, Alci Acosta, El Doble Poder y Bahía Sonora por Colombia.
De Zaire (África): Cuatro Estrellas, con ritmo de Soukus
De Belice: Chino Ramos- / Mohobob Ramos.
De Cuba: Cándido Fabré y su Banda.
De Dominicana: W.C.K.
De Haití: Boukman Eksperyans.
Jamaica: Shinehead.
Puerto Rico: Tito Rojas.
Venezuela: Barranco.
De Haití ―D. P. Express Compañía.
Pero, sin duda, en medio de tanto derroche de música y alegría desbordante, que colindaba con la locura, el espectáculo mayor lo dio el joven maestro monteriano Pacho Zumaque, hijo del gran Fráncico Zumaque, con la maestría alborotada de sus composiciones y el bombo arriba, los brazos en alto, que pregonaban el sentimiento Caribe en su tonada. Lo suyo fue una apoteosis de lo entrañablemente nuestro, de lo que llevamos en las venas. En aquellas noches inolvidables de la ciudad heroica, por primera vez, entoné entusiasmado, de su autoría, ese himno contagioso del festival “Colombia Caribe”
“Colombia Caribe”
“Si si, Colombia. Si si, caribe
Si si, Colombia. Si si, caribe
Cantando cantando yo viviré, Colombia tierra querida
Cantando yo viviré Colombia tierra querida”. 1986.
El sentimiento Caribe es un modo de ser, una actitud ante la vida que había vivenciado como equivalente a “Ser costeño”, exclusivamente, de la Costa Atlántica, excluyendo la Costa Pacífica. Según el nobel Gabriel García Márquez el Caribe comienza en el sur de la Florida y termina en las costas del Brasil.
Desde mi balcón, en Barranquilla, donde nací,
veo tus alboradas y crepúsculos de colores antillanos.
Me enamoraste…… ¡MAR CARIBE!
El excitante espectáculo que brindaba un Pacho Zumaque grandioso, en cada noche del festival, me hizo descubrir con fascinación, con inmenso orgullo que el “Ser Caribe” que palpita en mi esencia barranquillera es un Don dispuesto por la naturaleza, por la gracia de Dios, para seres humanos como Shakira (Barranquilla) Sofía Vergara (Barranquilla) Carlos Vives(Santa Marta) Juventino Ojito(Polonuevo) Los hermanos Zapata Olivella (Lorica) José Barros (El Banco) Pacho Galán (Soledad) Gabriel García Márquez (Aracataca) David Sánchez Juliao (Lorica) Leandro Díaz(Barrancas) Guillermo Buitrago (Ciénega) Joe Arroyo y Juan Carlos Coronel(Cartagena) para mencionar algunos de los personajes que hacen honor a nuestra estirpe Kalamary.
“Kalamary tribu Caribe tiñó su sangre guerrera la tierra cartagenera del color del dividivi”.
El ser Caribe es una expresión singular de la biodiversidad humana del continente americano. En él se funden el negro, el blanco y el indio para dar forma a un prototipo, una especie única, que marca la diferencia con unas características de las cuales los eximios exponentes de nuestra etnia la ensalzan con la aureola mágica que brota de su humanidad mestiza, rica en: alegría, inteligencia, imaginación, gracia, humildad y señorío.
Como nunca, después de escuchar en el festival cartagenero “Las Mujeres de mi Tierra, Macumbia y el Himno del Caribe” me sentí y me siento orgullosamente Caribe…Si, Si, Caribe.
MAR CARIBE
En la playa, del vetusto Castillo de Salgar
Por vez primera te vi, turbio, impetuoso
Me impresionaste.
Desde la limpia y abundante arena del Rodadero,
me lance, gozoso, altanero, a tus aguas azules
Me cautivaste.
Con mi morena, estuve en Marbella, la playa más bella
De la heroica y colonial Cartagena.
Me regocijaste.
De traje multicolor, estabas vestido. Idus de marzo
Cuando te encontré, en San Andrés y Providencia
Me fascinaste.
Portobelo en Panamá de delfines visitado
A la amurallada Cartagena me transportó
Me entristeciste.
Solitario y frío te descubrí
En la Habana y Varadero, unos días de enero
Me enterneciste.
En Cayo Hueso, de cruceros invadido
Agringado y oloroso a tabaco cubano
Me asombraste.
Te reconocí, en Bahamas, de Bretaña poseída
el faro azul de Nassau flirteándote
Me sonrojaste.
Playa del Carmen, en la Riviera Maya
Fue nuestro ancestral encuentro, con Chichen Itzá
Me sorprendiste.
El viejo San juan, en Borinquén tierra del edén
Isla bella de la salsa y Bacardí
Me embriagaste.
Desde mi balcón, en Barranquilla, donde nací,
veo tus alboradas y crepúsculos de colores antillanos.
Me enamoraste…… ¡MAR CARIBE!
¡CARIBE SOY!
Digno de lectura, digno de reflexión….será que todo tiempo pasado fue mejor? Lo pregunta un “cachaco”