Apuntes sobre política

Wensel Valegas

1.

Se agota el 2023 para los candidatos en campaña electoral. En los barrios y ciudades los jóvenes exhiben camisetas y se convierten en vallas publicitarias, repartiendo volantes entre los peatones indiferentes y algunos curiosos. De vez en cuando carros lujosos, cruzan la plaza, ostentando afiches alusivos a los aspirantes, conocidos y los que desean salir del anonimato. La compra de voto es una posibilidad, pero también en la psiquis del colectivo expectante está la paranoia y el recelo que ha dejado el debate electoral pasado. Sería una buena medida que las autoridades consideren qué políticos han estado sacando cantidades excesivas de dinero, con qué fines, desde los últimos seis meses; inclusive, los que han evitado hacer consignaciones voluminosas desde hace rato y que antes realizaban con frecuencia, guardando el efectivo. El ambiente está enrarecido en muchos sitios de Colombia. Ante la recta final de la contienda nadie piensa en autoevaluarse y preguntarse, ¿qué tanto hice?, ¿qué tanto dejé de hacer? Lamentarse en estos momentos no tiene sentido, sobre todo el que ha usufructuado y sacado partido de los proyectos inconclusos. Muchos no tuvieron tiempo de mirar atrás, incluso, temen hacerlo, se avergüenzan – aunque muy pocos lo hacen – pienso, de ver las obras inconclusas, las calles destapadas; la miseria en el rostro de la gente; las promesas incumplidas; la inseguridad creciente, el desempleo, el vandalismo y la delincuencia. Aunque no son Sodoma y Gomorra destruidas todavía, el fantasma de muchos pueblos y barrios desolados les persigue la conciencia y temen convertirse en estatuas de sal, tal como sucedió a la mujer de Lot.

2.

Antiguamente era usado el panfleto por los políticos para exhibir la mentira como una verdad de a puño, los rumores, el chisme, las calumnias, manifiestas de manera artesanal. Pero la mentira en el contexto de la política continua su propia revolución industrial en el siglo XIX, dejando atrás su fase de oralidad, se mecaniza y alcanza una sistematización y difusión que muy pocos soñaron, a través del desarrollo de la prensa escrita. En el siglo XX, la mentira política impacta en la era del consumo en masa y en la producción. La mentira se vuelve electrónica, instantánea y global, se convierte en el producto de una organización racional. Actualmente la mentira política vive su era tecnológica. Surgen los ilusionistas, abundantes formas inimaginables en las manos de prestidigitadores, que con sus mañas provocan el asombro de la ingenuidad de las masas. Sin importar si es de derecha o izquierda, la mentira hoy día se comparte y también se democratiza. 

En Francia, durante la V república se pensó que la mentira era un privilegio natural de la derecha, y la compasión y la virtud eran de la izquierda, pero ambos bandos cedieron terreno en sus privilegios. Democratizada la mentira, la compasión y la virtud sólo toca esperar quién es el más hábil, el que mejor persuade, el que más alcance tenga, el que no se pierde los detalles; aquel cuyas mentiras tengan tanta fuerza en la verdad que propone ante la conciencia ingenua de los pueblos.  

3. 

Y si sucediese, ahora en octubre 29 del 2023, lo que aconteció en Ensayo sobre la Lucidez, la novela de José Saramago. Los políticos esperando a los electores bajo una lluvia pertinaz que impide a muchos salir de casa para ejercer su derecho al voto. Sin embargo, la gente en mayoría sale a votar y gana el voto en blanco con un 83%. Inaudito. Es inconcebible, se miran asombrados los candidatos y recurren a nuevas elecciones. Nuevamente vuelve a ganar el voto en blanco, ahora con un porcentaje más alto. ¿Qué significa el voto en blanco? ¿Acaso pérdida de la confianza, o cansancio, falta de credibilidad? Nunca el gobierno se preguntó, ¿por qué?, pero sí hizo uso del autoritarismo, represiones, de la ilegalidad. Es el poder indagando a partir de su fragilidad ante unos electores que pacíficamente ejercieron su derecho y, de paso, mostraron su inconformidad. El gobierno del mundo creado por Saramago no piensa en lo evidente y cotidiano que afecta a la gente, que participa y observa el pataleo de las altas instancias del poder intentando buscar culpables, o inventarlos, para mantener la democracia, especulando e impotente. 

Democratizada la mentira, la compasión y la virtud sólo toca esperar quién es el más hábil, el que mejor persuade, el que más alcance tenga, el que no se pierde los detalles; aquel cuyas mentiras tengan tanta fuerza en la verdad que propone ante la conciencia ingenua de los pueblos.

Recordando el texto de Piscología de las masas de Le Bon, se resalta como las multitudes pierden la personalidad individual y asumen una mente colectiva, dominada por las emociones y la irracionalidad, a diferencia de los habitantes anónimos de la ciudad anónima de Saramago, que han terminado pensando lo mismo y, sin ponerse de acuerdo. – quizás   con una frialdad perversa y conciencia de masa – han salido en mayoría pacíficamente a votar, enfocados en hacerlo por el voto en blanco, guiados por el instinto colectivo, o un sentimiento de desquite, y, por qué no, como una alternativa de inicio para una vida mejor, sin violencia. ¿Y si sucediese, ahora en octubre 29 del 2023? ¿Qué harían los candidatos?, ¿cómo actuarían? ¿Nos atreveríamos a tanto?

4.

Hay un alcalde de un municipio colombiano, cuyo nombre no interesa, pero si lo que nunca pudo hacer, lo que no se atrevió. Sus sueños, cuatro años atrás, se marchitaron con la realidad vivida. Su mirada despreciable; su porte insolente de orgullo; su envejecimiento prematuro por el cansancio y las solicitudes históricas de las comunidades barriales; su insomnio en la penumbra de su cuarto, temeroso de las luces fugaces rompiendo las sombras de la noche; había paladeado el poder queriendo ser diferente, evitando la soledad que no soportaba y leyendo noche tras noche y en el tiempo libre, cuando no quería atender a nadie, fragmentos, que subrayaba del Otoño del Patriarca, de Gabo. “… esta patria que no escogí por mi voluntad, sino que me la dieron hecha como usted la ha visto que es como ha sido desde siempre con este sentimiento de irrealidad, con este olor a mierda, con esta gente sin historia que no cree en nada más que en la vida, ésta es la patria que me impusieron sin preguntarme…”. Durante su mandato había leído y releído la novela subrayando frases, sobre cuando veía el tránsito de la gente bajo su ventana. La puerta de su casa y de su oficina permanecían cerrada al público, igual a como lo ordenaba el rey en su reino al cerrar la puerta de las peticiones y dejar sólo abierta la puerta de las dadivas y ofrendas que el pueblo le traía, en el cuento de La Isla Desconocida, de Saramago.

Desde las ventanas, con las cortinas bajas, observa con los mismos ojos de cuatro años atrás la barahúnda de gente sin rumbos, la hojarasca venida de otros lugares, la iglesia derrumbándose con todo el peso de su espiritualidad y los mercaderes, como en las ciudades turcas, con sus ventas ambulantes y sus voces tempraneras que tanto le fastidiaban; también su insomnio le ha permitía observar violencias silenciosas en las madrugadas; atracos coincidiendo con el canto de los gallos en la lejanía; peleas y disputas por el territorio de grupos de jóvenes, que cuatro años atrás se les había prometido educación gratuita y con los ojos brillantes de furia vagaban por las calles en sus paseos nocturnos, escondiendo entre sus manos la hoja blanca y filosa de metal brillando entre las manos.

El orgullo y la soberbia no lo dejan en paz. Piensa en el candidato que lo remplazará en la alcaldía, al que ha venido apoyando durante el último año. Sabe que sus días están contados y siente el peso del burnout que le han dejado los excesos de la avaricia, la corrupción y la vida sobre girada que ha llevado en restaurante, viajes y coimas. El candidato que apoya sabe todos sus movimientos, el fracaso de su gestión y los efímeros resultados. Sabe que es su obligación apoyarlo, o la simple necesidad de una alianza, o mantener las relaciones de cooperación para cuando llegue el retiro. Incluso, sin importar si cae en el anonimato y el ostracismo con tal de evitar la cárcel y sus consecuencias. Al final, lo termina invadiendo un sentimiento de coraje y optimismo, sin arrepentirse relee un segundo subrayado y sonríe: “… que carajo, si al fin y al cabo cuando yo me muera volverán los políticos a repartirse esta vaina como en los tiempos de los godos, ya lo verán, decía, se volverán a repartir todo … y nada para los pobres, por supuesto, porque ésos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo…”.

Cierra la ventana con cuidado y trata de convencer al insomnio para que le permita al sueño mitigar la fatiga y el cansancio.

5.

Las redes sociales colapsan con la publicidad y preferencias políticas. El final se acerca, aunque para algunos candidatos haya certezas, otros se angustian en la incertidumbre. Los candidatos están atentos a los demás aspirantes, a los errores que cometan para castigarlos a través de los medios, que muy difícilmente son objetivos; a los que tienen impedimentos y la gente conoce sus historias, y aun así se burlan de la ley. Detrás de cada medio, radio o televisión, hay un grupo económico, hay una fuerza política, evidente o soterrada, invisible, pero que es voz populis en la ciudad. Lo que si es cierto es que las certezas no están al cien por ciento. Los que están en el poder actual se observan nerviosos y los que aspiran construyen esperanzas en los barrios, sueñan. Son muy escasos los aspirantes que muestran sus proyectos políticos, y si lo hacen repiten lo mismo sin dar tantas explicaciones, como si el tiempo que tuvieron en el poder haya sido insuficiente. Siguen dando que hablar los temas de seguridad, salud, educación, violencia social e intrafamiliar, tráfico de drogas, corrupción, bienestar; todos estos aspectos se han incrementado las carencias y los excesos. Todos son proyectos sociales que nos interesan a todos, nos benefician, desde una política de servicio y calidad de vida. Falta desmitificar el vicio de votar con pedagogía social a cambio de un trabajo, vender el voto, un favor político, o a cambio de mantener el trabajo

Está todavía muy lejos el sueño de que los ciudadanos salgamos el domingo de elecciones, con entera libertad y sin presión, a las urnas, a ejercer el derecho a votar, sabiendo por quién, por lo menos por un programa social que impacte socialmente en la vida cotidiana al promover la convivencia a través de proyectos asertivos y satisfacer las necesidades humanas básicas.

6.

Los candidatos tienen el compromiso ético de asesorarse y presentar su equipo de trabajo que lo orienten y asesoren en la campaña. Equipo multidisciplinario donde los profesionales gocen de la libertad de expresión para educar a las comunidades en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana; que reunidos presenten una propuesta sólida, sin ambigüedades. Basta que el candidato líder exprese sus ideales y la utopía posible de su gobierno con pasión, para contagiar a su grupo de asesores con proyectos claros que se enfoquen en el bienestar de las personas. Ingenieros que respeten el medio ambiente y se entusiasmen por una estética de la ciudad; abogados que evalúen los pros y los contras de la vida jurídica en la comunidad, basados en la ley, para coadyuvar, no para intimidar; economistas que elaboren y desarrollen un presupuesto teniendo en cuenta las necesidades humanas de los barrios y sectores, sin despilfarrar; profesionales de la salud, ¿por qué no?, trabajar por una política pública de salud, minimizando en este sector los problemas de acceso, cobertura, recursos. Una política pública bien sustentada deja de ser letra muerta y se convierte en una acción que puede experimentarse por la comunidad. El equipo de trabajo de un candidato puede visualizar en su ejercicio el diseño y creación de una política pública en un sector de la sociedad o en un espacio geográfico.

Lo anterior amerita lectura del documento COMPES 91 del 2005, artículos de la constitución política de Colombia y la ley 100 de 1993, las resoluciones 4288 y 412 del 2000 y la circular No. 18 del 2004, son políticas públicas que hacen referencia al Plan Nacional de Prevención y al Plan de Atención Básica, que incluyen actividades de salud pública. Ser alcalde, concejal, diputado o gobernador, requiere de la reflexión y de la acción. La reflexión para pensar la ciudad con toda su problemática, y la acción para ejecutar programas y proyectos que redunden en el bienestar y calidad de vida de las personas. 

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