Es necesario abordar aspectos clave de la inteligencia artificial, comenzando con las falacias más comunes en torno a este tema. Entre estas, destacan la idea errónea de que las computadoras poseen una inteligencia equiparable a la humana, que las máquinas controlarán lo que hacen las personas. Para entender estas cuestiones, es fundamental analizar qué se entiende por inteligencia y razón, para así establecer que le compete a la inteligencia artificial.
En cuanto a inteligencia, es útil revisar diversas definiciones que han sido propuestas a lo largo del tiempo. Según Alfred Binet, la inteligencia se refiere a cualidades formales como la memoria, la percepción, la atención y el intelecto. Lewis Terman la define como la capacidad para pensar de manera abstracta. Por su parte, David Wechsler la describe como la capacidad para actuar con un propósito determinado, pensar racionalmente y relacionarse de manera efectiva con el entorno. Jean Piaget, por su parte, la ve como la habilidad para adaptarse al ambiente. En resumen, la inteligencia puede considerarse como una capacidad multifacética que permite realizar una amplia variedad de tareas, y lo que realmente nos hace inteligentes es la forma en que aprovechamos esa capacidad.
Hans Reinback ofrece una reflexión profunda sobre la razón, que invita a pensar en ella como algo mucho más que una simple facultad humana. Según Reinback: “La razón es sustancia, así como una fuerza infinita. Su materia infinita sustenta toda la vida, tanto natural como espiritual, y es la forma infinita que pone en movimiento a la materia. La razón es la esencia de la cual todas las cosas derivan su existencia”. En esta afirmación, Reinback no solo describe la razón como un principio fundamental que da forma al universo, sino que la presenta como una fuerza universal que impulsa el orden y la dinámica de la realidad, tanto en el ámbito físico como en el espiritual. Para él, la razón es la base que sustenta todo lo que existe, dotando de estructura y dirección a las fuerzas que conforman la vida misma. Esta concepción plantea a la razón como algo esencial e intrínseco al propio tejido del ser, no como una cualidad exclusiva de los seres humanos, sino como una fuerza cósmica que permea y organiza todo lo que nos rodea, desde lo más tangible hasta lo más abstracto. En este sentido, la razón no solo es una capacidad intelectual, sino también una fuerza creativa y organizadora que trasciende las limitaciones de la mente humana.
Para Kant, la razón es la que alberga los principios que regulan la unidad sistemática, alcanzando el máximo grado de coherencia interna, de manera que el entendimiento se acerque al conocimiento. En este proceso de comprensión humana, utilizamos el lenguaje para formar conceptos y emitir juicios. En resumen, la razón es una parte de la materia humana que sigue procesos reguladores. Todas las personas razonamos, pero cada uno sigue diferentes caminos o procesos, al hacer uso de la razón. Aunque la inteligencia y la razón son categorías distintas, la primera es una capacidad y la segunda, un proceso, ambas están profundamente entrelazadas. También es importante comprender los sistemas formales, los cuales, según David Hilbert, se definen como sistemas lógicos y abstractos. Estos sistemas están compuestos por un lenguaje formal, axiomas y reglas de inferencia, que operan dentro de una semántica formal. Su propósito es permitir la deducción y demostración de teoremas, proporcionando así una definición precisa y rigurosa del concepto de demostración.
Los sistemas formales han sido fundamentales para construir conceptos clave relacionados con la razón y la inteligencia, basados en algoritmos y evitando así ambigüedades. La primera formulación de este enfoque puede ser atribuida al biólogo Ludwig Von Bertalanffy (1901-1972), quien, junto a otros pensadores, dio origen a la corriente conocida como formalismo. Este movimiento buscaba evitar que las peculiaridades del lenguaje humano interfirieran en el razonamiento científico y dialéctico. Los desarrollos derivados de esta corriente se inscriben en este esfuerzo, siendo uno de los avances más significativos, entre otras investigaciones, la creación de la inteligencia artificial.
El aprendizaje profundo, una de las ramas más avanzadas de la IA, enseña a las computadoras a procesar datos imitando el funcionamiento del cerebro humano. Este enfoque se basa en un conjunto de algoritmos de aprendizaje automático que buscan modelar abstracciones de alto nivel en los datos, utilizando arquitecturas computacionales capaces de realizar transformaciones no lineales.
Sin embargo, todos estos avances en inteligencia artificial se enfrentan a un desafío fundamental: la inteligencia es indecible. No podemos describirla de manera definitiva ni irrefutable. Cualquier definición que se ofrezca es, en realidad, solo una aproximación a la realidad, nunca una descripción completa. Las definiciones solo sirven para ilustrar o dar una idea aproximada de lo que entendemos por un término, pero no capturan su totalidad. Los procesos que los seres humanos emplean al razonar y hacer uso de su inteligencia so
n extremadamente complejos. Lo mismo ocurre con la razón, ya que tanto la inteligencia como la razón son categorías utilizadas para estudiar la psique humana, pero ambas escapan a una definición precisa y absoluta.
La inteligencia artificial se apoya en una serie de desarrollos informáticos clave que han evolucionado de manera interdependiente: redes neuronales artificiales, aprendizaje automático (machine learning), aprendizaje profundo (deep learning), singularidad tecnológica y, más recientemente, ChatGPT. Cada uno de estos avances ha contribuido al siguiente, creando una cadena de innovación. En 1943, Walter Pitts y Warren McCulloch plantearon que el funcionamiento del cerebro humano se basa en una red de células conectadas entre sí. Esta idea se utilizó como fundamento para el desarrollo de las redes neuronales artificiales. Las redes neuronales artificiales son un modelo computacional que ha evolucionado a partir de diversas contribuciones científicas a lo largo de la historia. Estas redes consisten en un conjunto de unidades denominadas “neuronas artificiales”, interconectadas para transmitir señales entre ellas. Dichas señales se procesan y transforman en actividades, procesos y tareas específicas. A través de este sistema, las redes neuronales pueden aprender, adaptarse y realizar tareas complejas, emulando, de alguna manera, los procesos del cerebro humano.
En el campo del aprendizaje automático, Alan Turing es considerado el pionero, sentando sus bases en 1940. En 1950, publicó su influyente artículo titulado “Computing Machinery and Intelligence”, en el que describía cómo podría desarrollarse el aprendizaje automático. Este trabajo fue fundamental para el avance de la inteligencia artificial, ya que introdujo los algoritmos para permitir que las computadoras identificaran patrones en grandes volúmenes de datos y realizaran predicciones, lo que hoy conocemos como análisis predictivo. Turing sentó las bases para que las máquinas no solo procesaran información, sino que también pudieran aprender de ella haciendo inferencias de manera autónoma.
Fei-Fei Li fue pionera en el desarrollo de la teoría del aprendizaje profundo durante su tiempo como directora del Laboratorio de Inteligencia Artificial de Stanford (SAIL) entre 2013 y 2018. En 2017, cofundó AI4ALL, una organización sin fines de lucro dedicada a aumentar la diversidad y la inclusión en el campo de la inteligencia artificial. El aprendizaje profundo, una de las ramas más avanzadas de la IA, enseña a las computadoras a procesar datos imitando el funcionamiento del cerebro humano. Este enfoque se basa en un conjunto de algoritmos de aprendizaje automático que buscan modelar abstracciones de alto nivel en los datos, utilizando arquitecturas computacionales capaces de realizar transformaciones no lineales.
Por otro lado, la idea de la Singularidad Tecnológica fue desarrollada por Murray Shanahan y Ray Kurzweil, quienes exploraron en sus trabajos si la inteligencia humana podría ser superada o mejorada por la inteligencia artificial. La singularidad tecnológica se refiere al punto en el cual la IA podría superar a la inteligencia humana, lo que desencadenaría un avance tecnológico acelerado que podría transformar radicalmente la sociedad y nuestra forma de vida. Este concepto implica la llegada de una inteligencia artificial general, capaz de diseñar sistemas informáticos y robots superiores a los existentes, lo que marcaría un hito en el progreso tecnológico.
ChatGPT es una aplicación derivada de un chatbot de inteligencia artificial desarrollado por OpenAI en 2022 para mantener conversaciones en lenguaje natural. Se basa en un modelo de lenguaje entrenado mediante técnicas de aprendizaje supervisado y por refuerzo. Está compuesto por las avanzadas versiones de los modelos GPT-4 y GPT-3.5 de OpenAI, lo que permite generar respuestas coherentes y contextualizadas en tiempo real. Se puede afirmar que la inteligencia artificial abre el debate sobre el control de las formas de vida y los seres humanos. Frente a la idea de que es una herramienta informática diseñada para imitar las funciones cognitivas humanas mediante máquinas, procesadores y software, con el fin de realizar tareas de procesamiento y análisis de datos más eficaces.
En lugar de reemplazar a los seres humanos, la inteligencia artificial actúa como un apoyo en diversas actividades, facilitando y mejorando la eficiencia en múltiples áreas. Además, ha dado lugar a nuevos campos profesionales y avances, como la ciencia de datos, que continúan transformando nuestra forma de trabajar y entender el mundo.
Documento muy interesante el cual hace un parangón de la inteligencia humana con la artificial y esta última como herramienta de apoyo para los seres
Humanos. excelente texto
Excelente artículo. A pesar de que la inteligencia artificial apoya las capacidades del ser humano y tiene la capacidad del hacer cálculos y operaciones mucho más rapido que el hombre, la razón que es característica de los humanos nunca podrá ser remplazada por una máquina. Además la inteligencia artificial no será nunca capaz de
La inteligencia no es mi será capaz de experimentar sentimientos o creencias espíritu as les como lo hace el ser humano. Es nuestro dedo el que toca las teclas de una calculadora pero fué nuestra inteligencia
creativa la que le da la capacidad de funcionar a las máquinas.