El discurso y el método (4)

12)- ¿Cuál es tu medida? Desde el filósofo William Pepperell, los expertos han dicho que lo que no se puede medir no se puede mejorar. Y en el fútbol de formación la medida no son los otros. A veces pido a un joven que me haga un resumen de sus datos y logros. Y me pone todos los campeonatos que su equipo ha ganado; no digo que esos títulos no sean importantes, pero en lo que nos concierne, es más importante saber qué tanto ha mejorado en la última temporada, si no sabía cabecear y ahora cabecea, si no usaba la pierna izquierda y ahora es capaz de hacer un centro con esa pierna, si llegaba tarde y mejoró su asistencia,  si tenía problemas de relación con sus compañeros o no respetaba la autoridad y ahora ha mejorado su convivencia. 

Un ejercicio sencillo me ayuda a demostrar lo que esta medida puede aportar en este proceso: pregunto al chico como cuántas flexiones de brazo se hace (casi nunca sabe) de un solo tirón, y luego le pido que las haga; normalmente termina haciendo mucho más de lo que él había dicho. No era consciente de que, esforzándose, podía alcanzar cotas que no se imaginaba. Igual ocurre con el manejo del peso, la velocidad, la resistencia, la comprensión del juego. Si el joven se hace consciente de lo que va desarrollando, tendremos un espacio ganado, porque se estará empoderando de su propio proyecto y en algún momento no necesitará de que le monitoreen sus esfuerzos, sino que él mismo trazará y evaluará sus metas y logros.

 13- Tiempo y paciencia para gestionar el talento. Son jóvenes, se van a equivocar. Se van a volar las escuadras. No encontraremos al jugador ideal, menos en estas edades. Si son niños menores de 12 años, los disfruto pero prácticamente no los evalúo. A veces me da miedo mirar esos partidos porque muchos juegan con una coordinación y una plasticidad propia de jugadores profesionales, normalmente concentraditos y dispuestos. Unos cracks la mayoría, ¡cómo juegan! En lo que menos creo yo es en el ojo; el ojo se deja seducir y deslumbrar por cualquier jugadita. Por eso es necesario el ejercicio del seguimiento y esperar que vayan creciendo; lo que muestran los chicos a los 10 u 11 años no puede ser un indicador, porque después crecen y maduran y se hacen otras personas y, para bien o para mal, sus cuerpos cambian y también su técnica. Algunos mejoran, otros se vuelven torpes, los desconoce uno. Están en un limbo personal que no se sabe cómo van a terminar. Paciencia, acompañamiento inteligente, conocimiento, hasta cuando sus organismos alcancen su máximo  esplendor, o quizás no lo alcancen. Lo importante es que hayan hecho su mejor esfuerzo.

Y, a partir  de los quince, el desborde, la confusión, la exageración. Me preocupan más aquellos jóvenes contenidos, esos que parecieran que hacen todo perfecto: excelentes notas en el colegio, consagrados a sus entrenos, no se toman una gaseosa, no tienen novia, no salen con los amigos, no se toman un gramo de azúcar, sus comportamientos son tan impecables que generan sospecha. Los jóvenes futbolistas no son así; sería lo ideal, lo soñado podría decirse, pero uno sabe que esto casi no ocurre, que los cracks tienen un dieciséis de locos, de irreverentes, de egoístas, que normalmente son ajenos a su entorno, no les importa, van por la de ellos. 

Revisa tus sueños: Antes de estar soñando con jugar en un club europeo, intenta ser titular en tu equipo del barrio. Paso a paso irás alcanzando metas posibles. Ten paciencia: No tienes que ganar todo ni jugar todos los partidos. Las frustraciones y derrotas hacen parte del proceso formativo. Estudia: Tienes que entender que el estudio no es una opción sino una necesidad.

Lo que trato de explicar es que la vida hay que seguirla viviendo, no la puedes disimular, es un permanente ensayo y error. Me imagino el sufrimiento de aquellos chicos que pretenden hacerlo todo perfecto; prefiero a los que disfrutan su momento, con sus aciertos y errores; en el relax de la juventud, someterse siempre a lo que de ellos se espera no les garantiza nada.

14- Una pregunta inevitable: ¿Realmente quieres ser jugador profesional? Empieza ahora mismo por mantener un comportamiento acorde a las circunstancias aunque todavía no estés recibiendo salario por ello. Profesional no es el que gana dinero, sino aquél que se dedica a una actividad útil a los demás y es reconocido por ello. Sé competitivo: Significa entender las señales, saber a qué estás jugando y qué estás jugando; implica que seas riguroso y económico a la hora de los esfuerzos, que acates las normas y estés en el lugar indicado a la hora precisa. Concéntrate en tu propósito: No tienes que forzar tu destino. Sólo pregúntate qué tienes que hacer cada día, realízalo y deja que las cosas sucedan. Sé consagrado: Mantén una disposición de ánimo alegre, que se traduzca en hábitos sanos respecto a la nutrición, descanso, higiene y manejo del tiempo libre. Que logres ese pequeño triunfo de cada día que te aporta algo a tu crecimiento personal y deportivo. 

¿Tienes vocación?: Revisa tu manera de entrenar, si eres capaz de entregarte, de exigirte. Si quieres aprender siempre. El verdadero trabajo del futbolista no es jugar al fútbol, sino perfeccionarse física y mentalmente a través del entrenamiento programado. Pero no lo sufras, ¡gózalo!. Revisa tus sueños: Antes de estar soñando con jugar en un club europeo, intenta ser titular en tu equipo del barrio. Paso a paso irás alcanzando metas posibles. Ten paciencia: No tienes que ganar todo ni jugar todos los partidos. Las frustraciones y derrotas hacen parte del proceso formativo. Estudia: Tienes que entender que el estudio no es una opción sino una necesidad. Prepararte intelectualmente implica adquirir elementos de juicio que te ayudan a resolver situaciones vitales. 

Sé constante: Triunfar es fácil, pero hay que hacerlo todos los días. El éxito es un montón de cosas hechas bien hechas. Acumula energía: La energía vital es el principal patrimonio del ser humano. Come adecuadamente, descansa lo necesario, realiza algo creativo en tu tiempo libre y evita los conflictos innecesarios. Construye una marca personal de calidad: Gestionada a través de tus acciones, presentación personal, manejo adecuado de redes sociales, una actitud dispuesta y una enorme pasión por lo que haces.

Dicho así, todo esto resulta muy bonito, pero muy difícil. Lo que queremos es que se intente, pues estas sugerencias no son categorías dadas. Son apenas esbozos de situaciones que hay que ir construyendo; no es algo que se tenga o no se tenga, es algo que se hace o no se hace. Podría ser quizás ese plus que marque la diferencia.

8 thoughts on “El discurso y el método (4)

  1. La carrera deportiva es igual que la vida , hay que esforzarte de la misma forma para alcanzar tus logros y metas . Van de la mano y la escribes día a día

  2. ASÍ ES MUY HAVERTADO EN CADA UNO DE TUS APUNTES ESTO NOS AYUDARÁN A (JUGADORES PROFESORES Y PADRES) A ENTENDER MEJOR EL PROCESO DE FORMACIÓN QUE LLEBAN NUESTROS NIÑOS

  3. No solo es patiar la pelota es saber cuando hay cambios mentales y fisico para llevar un proceso que pueda ayudar al chico a tomar buenas decisiones dentro y fuera de la cancha …

  4. Muchas gracias profe por compartir tan importante conocimiento, su método ha demostrado ser muy eficaz, y, es muy lindo conocer del mismo autor como lo ha hecho
    De nuevo gracias

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