Introducción
Una gerencia se considera exitosa cuando su gestión y resultados responden a la prestación de unos servicios eficientes y de alta calidad que satisfacen a plenitud las exigencias de los clientes.
La individualización del cliente como persona, marca la pauta para la obtención de clientes satisfechos, con deseos de volver a utilizar el servicio que se le presta.
Idea básica es la de prestar un servicio en respuesta a las necesidades particulares de los asociados. Identificando las prioridades y gustos cambiantes de cada uno para entablar un dialogo de beneficio para los dos. Las preferencias, estilo de vida y circunstancias de los asociados cambian a diario-
La cooperativa busca, ante todo, dentro de la filosofía solidaria respetar la individualidad del asociado y la defensa de la vida como empresa benefactora que procura su comodidad y bienestar.
En cada usuario de la cooperativa es correcto reconocer a una persona que busca ayuda, con el derecho que le da su condición de asociado, para solucionar sus necesidades. Si en vez de trabas le mostramos fórmulas de arreglo a su problema; de seguro, será mucho lo que habremos ganado como entidad prestadora de servicios. Será un cooperado contento más, que alimentará su sentido de pertenencia y orgulloso proclamará a los cuatro vientos su membresía a nuestra asociación.
Esta será, sin duda, la mejor promoción que podemos hacer de la cooperativa y la más efectiva publicidad a una misión gerencial rica en satisfacciones colectivas.
Perfil Gerencial
A nivel cooperativo pienso que el éxito administrativo depende, entre otras razones, de un gerente que además de seguir, racionalmente, el modelo empresarial dado en el sector privado, es decir, capitalista, se distinga por su gran sensibilidad social.
Como dirigente del sector solidario, con una experiencia de más de 40 años, me voy a permitir esbozar el perfil del gerente que debe administrar una empresa cooperativa. Se debe distinguir por:
1. Ser Respetuoso. La noción tradicional de respeto implica, por encima de todo, la consideración que se ha de tener por la vida y la dignidad de la persona humana. El respeto es condición fundamental para la necesaria armonía que debe reinar en los distintos estamentos cooperativos. Implica una empatía con el otro, ponerse en el lugar del otro, con una aceptación de su individualidad única. El respeto total a la persona es un valor incuestionable de la empresa de hoy.
A la empresa cooperativa concurren un conjunto de personas con un carácter distinto al de la empresa convencional.
El usuario o cliente es por lo general el mismo asociado; que en su condición de aportante de capital se constituye al mismo tiempo dueño de la institución.
Los directivos, administrativos y consejeros, integrantes de los diferentes comités y miembros de la junta de vigilancia tienen en sus manos los destinos de la empresa.
Los empleados, asociados o no, forman parte fundamental de su estructura y de la misma manera comprometidos en la causa y los programas cooperativos asociados, directivos y empleados, más los particulares que en una u otra forma tienen vínculos con la entidad, tienen el compromiso de mantener unas relaciones personales enmarcadas por el buen trato, la cordialidad, la comprensión, el apoyo y sobre todo el respeto para una autentica integración solidaria.
La idea del gerente prepotente y autoritario o del directivo que se cree con más privilegios que el resto de los asociados no tiene cabida en nuestro tiempo.
Soy un convencido de que, en lo posible, el gerente de la cooperativa debe surgir de la base. Esto puede ser una realidad si entre los asociados, como es el caso de las cooperativas de profesionales, se cuenta con el recurso humano, preparado, para cumplir esta función.Es preferible un asociado que haya hecho carrera en la organización. Que conozca su idiosincrasia, que sabe sus fortalezas y debilidades.
2. Ser innovador. Una cooperativa no puede permanecer en statu quo. Necesita un gerente creativo, dispuesto al cambio, contra todos los obstáculos habidos y por haber. Que vaya a la conquista de una nueva imagen; con planes y estrategias bien definidos. Visión amplia y clara del presente y del futuro de la cooperativa. Un verdadero administrador, cabeza de una transformación en todos los niveles; que involucre a toda la gente en un cambio de mentalidad que conduzca al desarrollo y al progreso institucional. Es una cooperativa distinta por la excelencia de sus servicios la que toca sacar adelante.
3. Saber delegar. En el modelo empresarial actual los de arriba, los cabezas de la organización saben delegar. Los gerentes y altos ejecutivos confían en su equipo de trabajo, no menosprecian las capacidades de sus empleados.
El gerente moderno dirige su actividad consciente de la noción contemporánea del trabajo en equipo. Las circunstancias de su empleo lo convierten en coordinador de las necesarias interrelaciones de funciones y oficios y de la indispensable comunicación interdisciplinaria de la organización.
Un equipo se caracteriza según Katzenbach y Smith por:
– Funciones compartidas de liderazgo
– Responsabilidad individual y mutua
– Propósito específico, que el mismo equipo decide y comunica
– Productos de trabajo colectivo
– Estimula la conversación abierta y las reuniones activas para resolver problemas
– Mide su desempeño evaluando el producto del trabajo colectivo
– Discute, decide y realiza un verdadero trabajo en equipo.
4. Ser líder. Soy un convencido de que, en lo posible, el gerente de la cooperativa debe surgir de la base. Esto puede ser una realidad si entre los asociados, como es el caso de las cooperativas de profesionales, se cuenta con el recurso humano, preparado, para cumplir esta función.
Es preferible un asociado que haya hecho carrera en la organización. Que conozca su idiosincrasia, que sabe sus fortalezas y debilidades.
Un gerente que presente como característica primera de su liderazgo una inexpugnable categoría moral, Un dirigente a mostrar por la transparencia de su vida, su honestidad y su prudencia. Con una vasta preparación en la doctrina y el pensamiento cooperativo en particular, poseedor, además, de un gran bagaje cultural. Enriquecida su formación humanística con el conocimiento de los aspectos técnicos, administrativos y financieros que demanda la empresa para su completa realización.
Un gerente con estos atributos que fortalece su condición de líder con cualidades como las de educador y maestro; visionario y planificador; estratega y recursivo; comunicador y carismático. Estimulador de un entusiasmo contagiante y de una mística, definitivamente, triunfadora. Un gerente así es el que necesitamos para una gerencia exitosa en la prestación de servicios a la comunidad.
La prosperidad de una cooperativa se mide no solo por el resultado económico exitoso de una gestión o por lo abultado de sus excedentes, sino también por la rica integración, la gran solidaridad social que palpita entre sus asociados.
Referencias
La clave del éxito, 1995, Separata los ejecutivos de hoy. Tomado de Revista Clase Empresarial,
Katzembach John, Smith Douglas, 1995 ¿Cómo y porqué formar equipos? Harvard Business Review.
Coronado T, 2004, Coomedicosta, Su historia, su filosofía y su talente. Editorial Antillas Barranquilla, 2004.