“La importancia de la segunda fuente, la segunda fuente válida la historia“. G. G. M.
En el mes de septiembre de hace 29 años, en la terraza veraniega de una casa universitaria de Madrid (España), Gabriel García Márquez dijo, durante un taller sobre reporterismo y redacción, organizado por la Fundación para el nuevo periodismo iberoamericano:
“El periodismo es un oficio, como la carpintería, un oficio artesanal”. Tal “definición” fue registrada en la libreta de apuntes de la periodista argentina Paula Ándalo, una de las doce participantes en aquel evento académico con el Nobel.
Acojo esa comparación entre periodismo y carpintería, en el sentido de ser, ambos, oficios artesanales, porque el argumento central de la célebre sentencia de la Corte Constitucional, que declaró inexequible la tarjeta profesional de periodista en Colombia, es que el periodismo es un oficio y no una profesión, como otras a las que la Ley regula su ejercicio, porque los riesgos sociales de una mala práctica periodística son menores, a los que puedan causar otras profesiones.
Además, sirve para fundamentar, epistemológicamente como dicen los profesores, el interrogante que origina esta columna: ¿Es periodismo lo que se expresa por redes sociales en programas futboleros?
Así mismo, periodistas profesionales, que tienen un título otorgado por Universidad acreditada, están cuestionando la formación impartida en tales instituciones de Educación Superior, actualmente.
Al respecto, el periodista barranquillero Anuar Saad twitteó, el pasado 8 de mayo, lo siguiente:
“Es absolutamente necesario que las universidades del Caribe empiecen a preparar mejor a sus estudiantes de comunicación social en periodismo deportivo. Este género del periodismo, en Colombia, atraviesa una profunda crisis que sólo la Academia puede ayudar a subsanar”. Es el deportivo un ¿género periodístico? Esta pregunta da para otra reflexión.
Pero la crisis se debe, a mi entender, a la avalancha de programas sobre fútbol que se ha tomado, por el uso desmedido del streaming, los “canales” abierto en Redes Sociales, en especial YouTube, donde comunicadores sociales o legos tienen la libertad absoluta de expresar, lo que “les venga en ganas”, sobre acontecimientos y personajes del mundo del fútbol, tanto local como global. He allí la inquietud: Son esos programas ¿periodísticos? O simple ¿¡Conversaciones entre hinchas!? Respondamos.
Debo precisar que no todo medio de comunicación o no toda comunicación es periodismo, pues este oficio de artesanía exige contrastar fuentes, amen que lo que se informe debe ser cierto, veraz, e imparcialmente presentado. Mientras tanto lo que difunden en tales programas son charlas entre fanáticos de uno u otro equipo de fútbol, que pagan una inscripción o alabanzas para con el orador y lector. Se las dejo ahí
Gaspar Hernández Caamaño
No aventuro una respuesta, ya que he estado viendo, escuchando y conversando sobre “tales videos“. Y considero que en ellos no se hace ni se cultiva el periodismo -ni bueno, ni malo -, ni como oficio artesanal, ni como profesión universitaria. Son, no lo dudo, unas conversaciones virtuales entre hinchas o “fanaticadas” de los diferentes equipos de fútbol que compiten, semana a semana, en estadios y ligas del mundo, en especial las nuestras: Las de junior, tú papá.
Considero que no hacen periodismo, ni como oficio o profesión, porque éste está contemplado en el núcleo esencial del moderno derecho de la información, que superó a la dieciochesca libertad de prensa, consagrado, entre otros derechos fundamentales, en artículo 20 constitucional con el siguiente presupuesto:
“…la de informar y recibir información veraz e imparcial…”.
Puede ser imparcial, por más que se rasque el pecho, ¿quién informa con una camiseta puesta? No. Es un hincha más. Un feligrés más.
La Constitución Política vigente, además de garantizar el derecho a la información -derecho de doble vía-, consagra en el artículo 73 que:
“La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional“.
¿Pueden ser independientes, profesionalmente hablando, quienes actúan uniformados, física y espiritualmente, con la camiseta del equipo de fútbol de sus afectos? Otra pregunta para la academia. Hay heteronomía, no autonomía.
Así mismo, la Constitución en su citado artículo 20 consagra la libertad de:
“…fundar medios masivos de comunicación“.
Con el acceso a Streaming, (una herramienta tecnológica multi-media, cuya apertura requiere: un ordenador, una cámara y un micrófono) innumerables personas abren canales de comunicación, tanto visual como oral. ¿Pero esos “medios” que difunden por las redes sociales, toda clase de relatos sobre futbol, hacen periodismo, si muchos son unipersonales y no generan contraste con lo que difunden?
Debo precisar que no todo medio de comunicación o no toda comunicación es periodismo, pues este oficio de artesanía exige contrastar fuentes, amen que lo que se informe debe ser cierto, veraz, e imparcialmente presentado. Mientras tanto lo que difunden en tales programas son charlas entre fanáticos de uno u otro equipo de fútbol, que pagan una inscripción o alabanzas para con el orador y lector. Se las dejo ahí: ¡la pelota! Patea.
La próxima: Presidente violó principio de autonomía universitaria.