La rectora de la Institución más incluyente del Atlántico, Eugenia Marín de Gravinni, nos contó la historia de perseverancia y resiliencia que hay detrás de la hoy conocida I.E.D María Cano.
La Institución Educativa Distrital Para El desarrollo Humano María Cano, de Barranquilla, será bilingüe nacional para el año 2025, y entrará hacer parte de la muy corta lista de colegios oficiales reconocidos por impartir la enseñanza de una segunda lengua, con estándares internacionales de excelencia.
La Institución atiende niños con diferentes condiciones, como el Trastorno del Espectro Autista (TDA), Discapacidad Intelectual y otras condiciones neurodiversas. Gracias al acompañamiento familiar, a los ajustes y adaptaciones que la escuela implementa para garantizarles iguales oportunidades de aprendizaje, logran un desarrollo pleno, alcanzan la culminación de sus estudios de bachillerato y, en muchos casos, dan el paso hacia la educación superior.
El María Cano, fue pionero en acoger a los niños extra edad, un programa que junto al Ministerio de Educación, permitió a los niños que tenían una edad superior a la correspondiente de su grado escolar, que pudieran volver a estudiar hasta ser nivelados y así continuar con sus estudios de manera regular. Brújula y Aceleración, son los programas que permiten a los niños ser nivelados. (Ver vídeo)
También colabora con el Sistema de Responsabilidad Penal; atendiendo a niños y jóvenes amparados por el decreto 2383, encargado de garantizar el restablecimiento del derecho a la educación; los niños y jóvenes procesados judicialmente por diversos delitos, reciben una oportunidad educativa por su condición de menores de edad. Para ello, los profesores se trasladan a las sedes de reclusión, y cumplen con la jornada estudiantil completa. Este compromiso asegura y supervisa el proceso de resocialización, permitiendo que un alto porcentaje de los beneficiarios, concluya exitosamente sus estudios de bachillerato e incluso acceda a la educación universitaria.
Sin duda el María Cano, se ha elevado a los estándares de colegios con calendario B, con un futuro muy prometedor y un nivel educativo de alta excelencia y constante construcción.
Ahora conozcamos un poco sobre la artífice, detrás de los notables logros alcanzados por el colegio. Una mujer cuya visión y esfuerzo incansable, unido a la colaboración de un sobresaliente equipo docente, han hecho posible construir, paso a paso, ladrillo a ladrillo, esta realidad que hoy celebramos.
La mujer detrás del crecimiento del Colegio María Cano
Eugenia Marín De Gravinni, nació en Vélez, Santander, hace poco más de seis décadas; de las cuales lleva 37 años dedicada a la educación y 22 años al frente de la rectoría del I.E.D. Para el Desarrollo Humano.
Es madre de dos mujeres, tiene dos nietos y disfruta de cosas sencillas. También es excelente conversadora, tiene un tono apacible en su voz, se describe malgeniada; pero se le ve sonriente, camina tranquila y agradece a su paso a todo el personal. Tiene una memoria elefantesca para describir situaciones de años pasados, y se muestra agradecida en su narrativa por todo lo vivido, no percibe nada como perdida, porque considera que el resultado hace que todo sea liviano. Quizás su personalidad aguerrida la llevó a emular de alguna manera y con otro enfoque a María de Los Ángeles Cano Márquez, una lideresa política y sindical; quien la inspiró a tal nivel que en honor a ella se nombra la Institución.
Se define como una mujer muy persistente, y pudimos ver que es casi incansable, determinada, genuina y resiliente, apasionada por la educación, atrevida al momento de soñar y con la convicción del poder transformador que existe a través de la pedagogía.
Bajo su dirección ha podido impactar y transformar profundamente numerosas vidas. Familias enteras han salido de la vulnerabilidad financiera, rompiendo ciclos generacionales y avanzando hacia un mejor desarrollo personal y colectivo.
Eugenia Marín, es la María Cano de nuestro tiempo, enfocada en la educación, en el desarrollo humano de sus estudiantes y a quien le deseamos muchos éxitos y muchos más años de vida en la docencia.
Es una bella historia, dónde se han reconocido las carencias, para transformar una sociedad que padece problemas multifactoriales y contribuir al desarrollo humano de poblaciones vulnerables. Estos proyectos educativos son una muestra de esperanza para estás comunidades. Buena nota.