“¿Volviste a ver a García Márquez?
No, nunca…Estamos entrando en terrenos peligrosos, creo que es el momento de poner fin a esta conversación”. Vargas Llosa. El País 7/10/2017.
No se conoce una definición canónica sobre qué es novela. Su estructura. Tan amplio es el concepto, como lo es el del amor, que en sentido libérrimo se puede afirmar que cualquier relato es una novela, aunque no toda pretensión de “novelar” se puede aceptar, históricamente, como novela. Acá señalo, como ejemplo, el fenómeno de “Rayuela” de Julio Cortázar, quien, sin pretender escribir una novela, la misma inauguró el boom de la novela latinoamericana.
Este rodeo nace luego de leer, por pura curiosidad lectora, el libro “Los genios“(Galaxia Gutemberg), recientemente presentado en Madrid, del presentador televisivo, el peruano Jaime Bayly, que trae la siguiente anotación:
“Este libro no es un texto histórico ni una investigación periodística. es una novela, una obra de ficción, que entremezcla unos hechos reales, históricos con unos hechos ficticios que provienen de la inventiva del autor“.
Noten que “Los Genios” se autocalifica como novela. Pero, para mí, no lo es, pues “la inventiva del autor” carece del más mínimo ingrediente de genialidad novelística. Es decir, de creación artística, carece de imaginación, no hace realidad la ficción, de sorpresa narrativa, pues la novela al ser el gran género literario de la modernidad condensa, por la invención de los escritores, los grandes detalles de la vida histórica, real y fantástica de la humanidad. una novela no puede ser un pretexto para hablar mal sobre un hecho real.
Motivado en responder los interrogantes generados cuando: “en febrero de 1976, Vargas Llosa le dio una trompada a García Márquez, en un teatro en Ciudad de México, derribándolo y dejándolo aturdido, con un ojo morado y la nariz rota, al tiempo que le decía “Esto es por lo que le hiciste a patricia“, el libro de Bayly no aporta ningún nuevo ingrediente, ni fáctico ni imaginativo, al acontecimiento que rompió abruptamente la amistad entre genios literarios, ganadores ambos del Premio Nobel.
Siendo así, un largo chisme entremezclado sobre eventos reales de la vida pública tanto de Vargas Llosa como de García Márquez, no soy capaz de recomendar su lectura a lectores que deseen, ingenuamente, conocer detalles del suceso boxístico que acabo, para siempre, la amistad de esos dos compadres de la novela.
Afirmó lo anterior porque ese suceso ya había sido investigado y bien contado por el periodista catalán, Xavi Ayén (quien en el 2016 vino el Carnaval de las Artes de la Fundación La Cueva de Barranquilla), en su libro: “Aquellos años del boom. García Márquez y Vargas Llosa y el grupo de amigos que cambió todo” (Debate).
Premio de Ensayo Príncipe de Asturias y a quien Bayly no le da créditos algo en su “noveleta”. Del libro de Ayén tomé la foto de Gabo sonriendo con el ojo colombiano y que, en la primera edición, sirvió de portada.
En la página 201 del libro “Los Genios” su autor comete dos errores monumentales e imperdonables para quien, eso dice, investigó hechos ciertos e históricos. En dicha página alude a dos emblemáticas canciones de la música vallenata: La casa en el aire y La Diosa coronada, cantada en su “invención” por García Márquez cuando seducía a la esposa de Vargas Llosa, su comadre de pila bautismal.
Confunde un verso de la canción de Rafael Escalona. El que dice “Ada Luz” y lo presenta como ” A la luz“. Mientras más abajo señala que el autor de La Diosa Coronada es “Alfredo de Jesús Gutiérrez”, siendo que el autor de ese magistral canto de nuestra cultura musical costeña es Leandro Díaz, el poeta ciego que tanto admiró Gabo, que lo cantaba y bailaba. errores que demuestran con contundencia que Bayly es un autor sin originalidad.
Ahora en aras de reconocer el esfuerzo del autor, presumo que el único mérito del mismo es tener la capacidad de redactar las 240 páginas de este libro, llenas de datos muy sabido por los entendidos sobre las vidas, públicas y privadas, de estos dos autores históricos de la literatura universal. Al igual que de otros que cruzan veloces dichas páginas escritas como para chismosear, más no para crear o aportar a la literatura. Es un libro de vieja chismosa.
Siendo así, un largo chisme entremezclado sobre eventos reales de la vida pública tanto de Vargas Llosa como de García Márquez, no soy capaz de recomendar su lectura a lectores que deseen, ingenuamente, conocer detalles del suceso boxístico que acabo, para siempre, la amistad de esos dos compadres de la novela. Ello porque primero no es novela nutricia y otra copia sin dar créditos datos reales, muy seguramente, de otros autores y de entrevistas de los verdaderos genios sobre sus vidas.
Bueno. Para terminar, debo decir que algo aprendí de la lectura del libro de Jaime Bayly. Aprendí que, a Jaime Sabina, los Gabos lo descubrieron una noche cuando cantaba sus versos en un bar de Londres, huyendo de la dictadura de Franco. Ese dato lo ignoraba, por lo que agradezco a “Los Genios” por contarlo. Las razones del puñetazo son mejores imaginarias, que leerlas en esas páginas llenas de envidia entre peruanos. Y maldad, abusando de la literatura.