Introducción
La amiga y periodista Yulis Salas, editora de la revista virtual “SoloProposiciones” pide mi opinión sobre la denuncia que hace el “Comité de Médicos por una Medicina Responsable”, de Estados Unidos, por la muerte de doce monos durante el implante de chips cerebrales en Neuralink, laboratorio fundado en 2016 por Elon Musk, dueño, también, de Tesla y de la red social X, antes Twitter.
Este Comité acusa a Neuralink de utilizar, en sus experimentos, tres monos en estado terminal que no se recuperaron de la intervención. Doce más, saludables, fueron sacrificados por complicaciones, como resultado del implante cerebral. Según este colectivo, el dispositivo de Neuralink plantea graves riesgos para la salud de las personas debido a su “invasividad”. Creen que Musk está engañando a los inversionistas sobre su verdadera seguridad y futura posibilidad de comercialización.
Chip cerebral
El chip, diseñado por Neuralink, llamado N1 tiene 8 milímetros de diámetro y exhibe cables que se comparan, en tamaño, con las neuronas del cerebro, que es el equivalente al diámetro de un cabello dividido por 10.
El procedimiento para implantarlo necesita una incisión de 2 milímetros que puede extenderse a 8 milímetros. La región expuesta del cráneo se cubrirá con el módulo del chipset al término de la cirugía. Según Musk, la operación puede demorar hasta dos horas bajo anestesia general durante el tiempo que se requiera.
El chip comunica con una computadora por medio de un dispositivo inalámbrico colocado detrás de la oreja. Puede enviar y recibir información, entre el cerebro y la computadora, que permite controlar dispositivos externos o modificar el funcionamiento cerebral.
El dispositivo funciona captando las señales eléctricas que se producen en el cerebro cuando la persona piensa o hace algo. Se conecta mediante unos hilos muy finos con electrodos que se insertan en diferentes zonas del cerebro según lo que se quiera medir o estimular.
De acuerdo con la propia empresa norteamericana: “Nuestra interfaz cerebro-computadora es totalmente implantable, cosméticamente invisible y diseñada para permitirle controlar una computadora o dispositivo móvil donde quiera que vaya… Nuestro robot quirúrgico ha sido diseñado, en reemplazo de las manos humanas, para insertar estos hilos de manera confiable y eficiente exactamente dónde deben estar”.
Las interfaces de chips para personas con discapacidad buscan restaurar o potenciar funciones sensoriales o motoras que se hayan perdido o dañado por alguna lesión o enfermedad. Una persona con parálisis, por ejemplo, podría controlar un brazo robótico con su mente usando este chip.
Objetivos del chip cerebral son:
– Desarrollar una interfaz cerebro-computadora de alto ancho de banda que permita comunicarse y controlar dispositivos externos con la mente.
– Estudiar y tratar trastornos neurológicos como el Alzhéimer, Parkinson, epilepsia, parálisis o la depresión.
– Fusionar la inteligencia humana con la inteligencia artificial para mejorar las capacidades cognitivas y evitar ser superados por la IA.
La solicitud del “Comité de Médicos por una Medicina Responsable” se produce al tiempo en que esta empresa biotecnológica ha recibido, en junio de este año, 2023, la aprobación, por parte de la Administración de Drogas y Alimentos, FDA, para comenzar a reclutar pacientes que participen en su primer ensayo clínico en humanos.
Comité de Médicos por una Medicina Responsable.
Esta organización con sede en Washington, DC, promueve lo que describe como “estándares más altos de ética y eficacia en la investigación”. Sus actividades con énfasis en la “prevención de la crueldad hacia los animales”, incluyen incentivar el tema de la nutrición en la educación médica, educar a las personas sobre nutrición, cambiar la investigación de ‘modelos’ animales a estudios relevantes para humanos” y promover “alternativas a las pruebas químicas en animales”.
Investigación con animales
No faltara algún fanático que considere esta hazaña de la ciencia y la tecnología médica como algo diabólico. Que un paralitico puede caminar, que un ciego pueda ver, o que un sordo pueda oír, no ya por el milagro de la acción divina sino por la estimulación electro neuronal de un chip, constituye, si esto llega a suceder, la mayor hazaña realizada por la ciencia médica a lo largo de la historia de la humanidad.
Ante todo, hay que considerar que el ser humano como el animal de experimentación son dos entes vivientes, sintientes, en los que hay evitar el dolor y el sufrimiento. A través de la historia moderna de la investigación en seres humanos los animales han permitido grandes avances en la prevención tratamiento y cura de las enfermedades entre otras el Alzheimer, SIDA y el cáncer.
La Asociación Médica Mundial tuvo que intervenir en 1945, después de la segunda guerra mundial, mediante el Código de Nuremberg para imponer la obligación de experimentar en animales previa a la investigación en humanos y así impedir las atrocidades de los médicos nazis que utilizaban a los judíos y personas física y mentalmente disminuidas como “conejillos de indias” de la investigación.
La Declaración de Helsinki, adoptada en 1964 por la XIII Asamblea Médica Mundial y revisada en 1975, confirma lo dispuesto en el Código de Nuremberg al establecer que la investigación médica en sujetos humanos “debe ser basada en pruebas de laboratorios adecuadamente realizadas y en experimentación con animales”.
El uso de animales en investigación es una opción que debe ser utilizada con sumo cuidado cuando su objetivo busca el beneficio del ser humano, procurarle alivio contra la enfermedad y el dolor.
Mi opinión
Mi apreciada Yulis…
Me llama la atención tu inquietud periodística por el tema científico cuando observo por las redes sociales, con algo de desazón, a profesionales de las ciencias de la salud ajenos a los adelantos que revolucionan el mundo de la medicina, pendientes, solo, de actividades ajenas a su oficio, como la política y el deporte, para citar dos. Recibe mi enhorabuena.
Grandes avances de la medicina moderna, a partir del siglo XX, han sido posibles por el uso de los animales en la experimentación previa a la investigación en seres humanos como lo establecen los Códigos de Nuremberg y Helsinki. Demos gracias a los animalitos que la actual expectativa de vida humana, por ejemplo, esté promediando los 80 años en mayor parte de países del mundo.
Ignorar, en igual forma, el sufrimiento de los animales, que tanto a ti te preocupa, es irresponsable y antiético.
Los monos a los que fue practicada la eutanasia, en el Laboratorio Neuralink luego de que contrajeran una infección severa tras la implantación del chip cerebral, supongo que fue decisión tomada por los investigadores para evitarles el sufrimiento y además para proteger de una posible contaminación al resto de monos y a los mismos investigadores.
La eutanasia en animales no me parece sea motivo de escándalo cuando en humanos esta aceptada legalmente en mayoría de Estados, entre ellos Colombia.
Además del maltrato a los animales lo que más te preocupa son las repercusiones que un cuerpo extraño, el chip cerebral de neuralink, pueda tener sobre el modo de ser de la persona, sobre su personalidad; basada, tal vez, en la creencia popular, en el mito, de que el cerebro es la “caja sellada”, por lo tanto, intocable, impenetrable.
Cierto es, que mientras algunos consideramos a los implantes en el cerebro algo trascendental de la biomedicina en cuanto permitiría a los amputados manipular prótesis con habilidades motoras naturales, mejorar el tratamiento de enfermedades como la epilepsia, depresión, enfermedad de Parkinson y lesiones de la médula espinal, otros lo ven como algo contra natura que pone en riesgo la especificidad del ser humano para convertirlo en un organismo cibernético mentalmente manipulable y controlable.
No faltara algún fanático que considere esta hazaña de la ciencia y la tecnología médica como algo diabólico.
Que un paralitico puede caminar, que un ciego pueda ver, o que un sordo pueda oír, no ya por el milagro de la acción divina sino por la estimulación electro neuronal de un chip, constituye, si esto llega a suceder, la mayor hazaña realizada por la ciencia médica a lo largo de la historia de la humanidad. Algunos tratan a Elon Musk de charlatán y mediático por pronosticar estas cosas. De Julio Verne dijeron lo mismo.
Queda latente, sin embargo, el riesgo, ante tanta maravilla, en eso estoy de acuerdo contigo, de que la biotecnología, apoyada en la revolucionaria inteligencia artificial, mute la natural condición humana, dejemos de ser lo que somos como consecuencia de la atrevida manipulación cerebral.
Del “Hombre Frankenstein” se comentó mucho cuando se conoció lo del Proyecto Genoma Humano a comienzos de este siglo. Ahora, me atrevo a pronosticar que estamos ad-portas del “Hombre cibernético”.
Bendiciones mi apreciada Yulis.
Referencias