Mensaje de fin de año para jóvenes angustiados

¿Por qué no asumir de una vez por todas las riendas de ese proyecto que lleva tu nombre y que has dado tantas vueltas para aceptar su responsabilidad? ¿Qué es lo que más te inquieta en tu noche más profunda? ¿Qué es lo que realmente quieres y hasta dónde estás dispuesto a dar? ¿A qué debes renunciar, qué beneficios esperas conseguir?

Demasiadas preguntas, dirás. Pero, precisamente, en periodos como estos es cuando surgen las reflexiones; así, como una persona hospitalizada, la cual debe concentrarse en pocos temas, los más elementales, quizás. Recibir pocas o ninguna visita. Tener que enfrentarse a su soledad, a sus pensamientos. ¿Qué encuentra ahí? ¿Terrores o certezas?

Dudas y temores se disipan apenas empieces a actuar. Bajo estas circunstancias quedarse estático es morir. ¿Por qué no avanzar?… La característica más importante de toda carrera es la Perseverancia, el esfuerzo continuo. Precisar que cada día avanzas, que subes un gramo y ganas nuevas marcas. ¿Cómo se logra esto? Los expertos han dicho que lo que no se puede medir no se puede mejorar.

Hay temas que pueden resultar sencillos: Conseguir una báscula y controlar tu peso, por ejemplo; o, los que están creciendo pueden medir su estatura y llevar un registro; pero también puedes saber cuántas abdominales haces, cómo es tu dominio con pierna izquierda, cuánto tiempo puedes controlar el balón sin que se te caiga, con qué precisión puedes golpear una botella de plástico o un cono, y cada ocho días vas anotando los nuevos registros. Indicadores cuantitativos.

Determinar las preguntas indicadas implica demarcar tu camino, pero asumir la responsabilidad de lo que tienes que hacer es lo que te da el impulso para avanzar de verdad.

Pero también puedes tener en cuenta indicadores cualitativos: ¿En qué momento del día te desanimas? ¿Empiezas rigurosamente a entrenar a una hora exacta? ¿Te dejas llevar por el ocio y te domina el Play Station o las series de Netflix? ¿A qué horas te duermes? ¿Vives relajado, tranquilo, alegre, dispuesto, o eres de los que coge rabia por cualquier tontería? ¿A qué dedicas tus horas libres? ¿Lees? ¿Meditas? ¿Qué tanto conoces tu organismo? ¿Inviertes tiempo en compartir y ser afectuoso con tus seres queridos?

Determinar las preguntas indicadas implica demarcar tu camino, pero asumir la responsabilidad de lo que tienes que hacer es lo que te da el impulso para avanzar de verdad.

Todo esto apunta a que te empoderes de tu propio proyecto; que seas tú quien decida qué va a pasar contigo. Que tus padres y tu familia te apoyan, fabuloso. Que tienes entrenadores que te orientan, perfecto. Y hasta un empresario que está pendiente de ti, elegante. Pero, duda de todo. No tienes que obedecer ciegamente, investiga, consulta, comprueba. Ni siquiera tienes que creer en esto que estás leyendo. La llave de todo es descubrir cuáles son las preguntas correctas. No te afanes por las respuestas.

Emprende ese camino y verás que se disipa la tormenta. No importa hoy si algún día llegarás o no al puerto deseado, quién sabe. Pero una cosa si es segura: siempre vas a llegar a algún lado, que, sin duda, será mejor que en dónde estás ahora.

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