
Fumar pasó de moda
Tenía 14 años cuando a escondidas, en el colegio, acompañado del amiguito cómplice, llevé mi primer cigarro a la boca. Me produjo mareo, náuseas, escalofríos y una tos asfixiante. Lo aborrecí para siempre. ¡De una! Como todos los muchachos del barrio coleccionaba el papel envolvente, en que venían guardados. Le dábamos forma de billete – todavía…