Introducción
La doctora, recién nombrada Decana de la Facultad de Medicina, en visita de reconocimiento al Laboratorio de Simulación en donde yo era docente, pregunta a la empleada encargada del laboratorio por los profesores ¿Quiénes son? Al mencionarle mi nombre, la novel decana, sorprendida y despectivamente exclamó: ¡Y ese viejo todavía está por aquí ¡
Pensé, al conocer semejante relato, que mis días en la Universidad estaban contados. No imaginaba que una exalumna me tuviera tan baja estimación por cuenta de mis años viejos, mandando a la porra mis académicos méritos.
Sucedió, luego ¡oh sorpresa la mía! que en una reunión o claustro de profesores susodicha decana me recibe muy cordial e invita a sentarme a su lado. Tocó, ¡imprevistos tiene la vida! ante intervención critica que hiciera uno de los asistentes, en contra suya, pedir la palabra y hacer espontanea, vehemente, defensa de ella. Se despidió de mí, una vez terminada la sesión, con caluroso beso en la frente. Indicativo de respeto y de que estuvo cómoda con mi presencia.
No dado a la lisonja, cumplido el tiempo de su corta estadía en la decanatura, fue escaso el contacto que tuve con la impredecible decana. No me botó.
Le suceden otros, de normal ocurrencia en la Libre, que no se fijan en este servidor y llega uno de mis antiguos alumnos a la dirección de la Facultad de Ciencias de la salud; nombramiento que recibí con complacencia dada la relación amistosa que teníamos. Cuando menos lo esperaba, no circulaba rumor alguno en pasillos de la universidad, recibo a través de la oficina de personal oficio en que me comunican suspensión del contrato indefinido de trabajo que me vinculaba desde febrero de 1981.Ad honorem venia colaborando con La Libre en la cátedra de anestesia que dictaba teórico – práctica en el Hospital General de Barranquilla desde 1977. En total fueron 41 años de servicios prestados al Claustro fundado por el general Benjamín Herrera que, el 22 de marzo pasado, celebró con toda la pompa cien años de fundado. “Teniendo en cuenta que a través de Resolución 2907 de enero 1 de 2007, el Seguro Social – Colpensiones le concedió pensión de vejez y que además se encuentra incluido en la nómina de pensionados…la Universidad Libre ha decidido dar por terminada su vinculación laboral, contrato indefinido, por justa causa a partir del viernes 15 de junio de 2018”. Son apartes de la Resolución en que se me cancela el contrato. Sin duda, guardo profundo agradecimiento con esta institución que me permitió seguir en la labor docente, no obstante – es lo que llama mi atención – existir justa causa para mi despido desde hacía once años.
Homenaje
Superado el bochorno de la inesperada despedida, hacen exactamente cuatro años, de una institución a la que dediqué mis capacidades y competencias con toda mi alma, he llegado a entender, ingenuidad de ochentón, que si no me hubieran echado aun estuviera dictando cátedra con la misma alegría, pasión y vigor intelectual que escribo estas reminiscencias con ocasión del día del maestro 2022. En que yo mismo, con amor propio pretendo, en primer, lugar rendir intimo homenaje a mi noble magisterio y, en gesto solidario, a los colegas, abnegados mentores que, con honda convicción, han seguido los pasos del Santo Patrono de los que trabajan en el campo de la educación: San Juan Bautista De la Salle, fundador de los Hermanos Cristianos, cuya solemnidad se celebra el 15 de mayo.
Si, estudiante también soy, he sido y seré. Asombrado, en todo momento, como cualquier joven, ante el mundo maravilloso de la ciencia y la tecnología, con la inquietud siempre latente por averiguar tantas cosas que ignaro desconozco.
Viejo y dichoso
Soñar no cuesta nada, pero la agenda existencial tiene ciclos biológicos y cronológicos que debemos aceptar cuando llegan. Conforme, he acogido esta etapa otoñal acogiendo, dichoso, la condición de viejo; en que me puedo dar el lujo de recrear los encantos increíbles que tiene la ancianidad. “Acojamos a la vejez, con un abrazo y amémosla con serenidad; está llena de deleites si sabes usarla. Sabrosísimos son los frutos últimos. La vejez gusta el lento deleite de no necesitar ninguno”. Es exultante invitación de Lucio Anneo Seneca a su amigo Lucilio en que le habla de los bienes de la edad avanzada.
Gracias a Dios vivo tranquilo, feliz con el merecido reposo en que ahora me plazco en lo alto de mi balcón marinero, gozando de la rica sabrosura que se siente al despertar, cada día, sin compromiso alguno que cumplir.
Contento con el agasajo, permanente, que recibo de tanta gente linda, familiares y amigos, que me estiman y quieren.Complacido con la dicha infinita que me produce el encuentro conmigo mismo, del profesor y alumno que no descuida su perenne vocación de maestro y estudiante hambriento de saber.
Maestro
Si, maestro soy, he sido y seré hasta que la lucidez de mi mente permita comunicar la modesta sabiduría acumulada en tantos años consagrados al estudio, en la búsqueda asidua del conocimiento y de la verdad que hacen posible mi callada vocación de escritor en que, gratamente, me solazo en estos días seniles.
Estudiante
Si, estudiante también soy, he sido y seré. Asombrado, en todo momento, como cualquier joven, ante el mundo maravilloso de la ciencia y la tecnología, con la inquietud siempre latente por averiguar tantas cosas que ignaro desconozco.
Ser médico
Lo he dicho en ocasiones varias que lo mejor que me ha podido suceder en la vida es ser médico. Ser médico que se enaltece con la sagrada investidura del maestro, del consagrado maestro que contribuyó a la formación académica y humana de aproximadamente 20.000 estudiantes de las ciencias de la salud, de diferentes universidades, y que hoy, profesionales, sirven a la humanidad diseminados por todos los rincones del mundo. Con la íntima satisfacción de haber cumplido dignamente la tarea y satisfecho de hacer realidad mi vocación no solo médica sino del inquieto maestro que preparaba con rigor didáctico y encendido entusiasmo cada conferencia que dictaba.
Felicitación
En esta fecha, dedicada al día del maestro, envió efusivo saludo de felicitación a los profesores que ejercen el noble arte de enseñar, en particular a los colegas médicos formadores de las nuevas promociones de profesionales de la salud en la ciudad de Barranquilla y en Colombia. Dios los bendiga.